Publicado_15 noviembre 2013

Mi experiencia con la ortodoncia lingual ha sido más que satisfactoria. Las dos primeras semanas fueron un poco duras, ya que me costaba mucho masticar y  pronunciar algunos fonemas (cómo por ejemplo la  R, S, T, D…) pero rápidamente me acostumbré y de tal manera que era como si no llevase nada.

Eran todo ventajas: nadie me lo notaba, ni yo misma, ya que si no lo pensaba ni me acordaba que lo llevaba, podía ver los cambios claramente, podía comer lo que quisiera (evitando alimentos duros que pudiesen romper la ortodoncia), y nunca me salieron heridas, ni yagas, ni nada por el estilo. En mi caso, he llevado también ortodoncia visible y he de decir que aunque es necesario llevar un mayor cuidado y una limpieza más exhaustiva, volvería a usar sin duda la ortodoncia lingual. Estoy muy contenta con el proceso de tratamiento durante estos 15 meses, tanto con el trato recibido por parte de la clínica dental, como con los resultados obtenidos.

Diana Vera Marín | 13 Noviembre 2012